Fecha de publicación: 4 de Junio de 2025 a las 09:45:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: De la mini Kelly de Hermès al clásico Chanel, el vestidor de la empresaria se robó las miradas con piezas de cifras millonarias entre la playa, la moda y el lujo
Contenido: Sin importar la polémica que se encuentre atravesando en su vida, Wanda Nara conserva intacta su determinación para convertir cada aparición pública en una declaración de amor a la moda. Esta vez, la empresaria eligió las playas doradas de Ibiza como escenario para tomarse un respiro, apenas horas después de haber atravesado una nueva instancia judicial por su divorcio con Mauro Icardi en Italia. Pero el clima de descanso y los paisajes espectaculares no relegaron su sello personal: la tendencia y el lujo se entrelazaron en cada una de las postales que compartió en sus redes durante los últimos días, donde expuso parte de su exclusiva colección de accesorios, acompañando los looks más comentados del verano europeo.
La empresaria viajó sin escatimar en detalles, llevando consigo una selección de carteras de alto vuelo. A través de las historias de Instagram, Wanda compartió detalles que captaron la atención de los fanáticos de las tendencias de lujo. Para este viaje, apostó por una fuerte impronta colorida, donde sobresalieron seis modelos en tonalidades de azul. Entre las piezas, resaltaron tres Chanel matelaseados del legendario modelo 11.12, en diferentes tamaños, que parten de los 10.800 dólares. Completó la serie dos exclusivas Hermès azules, uno del clásico modelo Constance, con un valor que varía entre los 9.000 y los 15.000 dólares, y una mini Kelly cuyo precio base asciende a 28.000 dólares. Como broche, lució una Louis Vuitton mini en denim con icónicos grabados, disponible desde 1.760 dólares.
La galería veraniega de Nara continuó la secuencia cromática con la presentación de dos modelos en marrón y bordó, tonalidades que como protagonizan las tendencias este 2025. En esta ocasión, exhibió el bolso Miu Miu Aventura en su versión pequeña, etiquetado en 3.800 dólares, y un minibolso Louis Vuitton decorado con apliques de cerezas, una joya de colección junto al artista Takashi Murakami que cotiza en casas de subastas con valores a partir de 2.175 dólares.
Entre los detalles, el armado de cada imagen incluyó guiños a la moda y el desenfado. En una misma toma se apreciaron ojotas Chanel en cuero rojo matelaseado, con un valor aproximado de 600 dólares en sitios de venta online, y un corpiño de microbikini con estampado animal print de leopardo, sumados a anteojos de sol XL y un pañuelo de rayas rojas y blancas, combinación de temporada infalible.
Previamente, una de las postales que la empresaria eligió para sus seguidores de Instagram la tiene como protagonista de espaldas, saludando al mar desde la orilla. Su vestuario captó toda la atención: un vestido largo de encaje negro traslúcido, de caída hasta los tobillos y mangas amplias, que flotan sutiles como alas. El cabello, suelto y con ondas relajadas, cubre el escote pronunciado de la prenda y suma el toque bohemio y sofisticado al conjunto. Sin embargo, el foco final se lo llevó el bolso Miu Miu de mano, modelo tejido con ribetes en piel, cuyo precio de lista alcanza los 1.900 euros. Un accesorio estival, artesanal y con el sello de una de las firmas de mayor demanda del último tiempo.
El lujo no se agotó en los bolsos. En esa misma postal lució en su muñeca una pulsera Cartier Love en oro amarillo, valuada en 8.050 euros, una pieza icónica que forma parte de la selección más exclusiva de su joyero. Pero el dueto de Cartier se completó con la Juste un Clou, el brazalete clásico en oro blanco, tasado en 9.350 euros. A este mix, y como detalle adicional, se suman otras ediciones lujosas de las mismas piezas, como versiones engarzadas con diamantes que en publicaciones previas han superado los 14.000 euros. Así, solo entre el bolso y las pulseras, el look costero rondaba los 50.000 euros y reafirmaba su vínculo con la opulencia, aun en la playa.
Este despliegue de accesorios y marca personal no es casualidad. Para Wanda Nara, la moda constituye mucho más que una forma de presentarse: es una declaración de principios que sostiene, sin excepción, en cualquier rincón del mundo a donde la lleven sus compromisos personales y profesionales.
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