Menú Responsive Foundation

Fecha de publicación: 4 de Junio de 2025 a las 09:06:00 hs

COMPARTIR NOTICIA

WhatsApp Facebook

Medio: TN

Categoría: GENERAL

Cristina Kirchner defiende una fortaleza cada vez más chiquita

Portada

Descripción: Apuesta a ganar en La Matanza y achacarle la muy probable derrota en el resto de la provincia a Kicillof. Porque si otros pierden más que ella, podrá seguir liderando el PJ, a la espera de que se cumpla su única esperanza: que el programa económico tarde o temprano estalle.

Contenido: La decisión de la expresidenta de competir por la tercera sección electoral es una muestra de debilidad antes que de fortaleza.

Asume en persona una batalla muy menor, distrital, porque no tiene otro candidato que mida más, y a nadie en quien confiar para que cuide los votos que “le pertenecen”, sin pretender escriturarlos a su nombre.

Leé también: Qué puede pasar con la candidatura de CFK si la Corte se expide en la Causa Vialidad antes de las elecciones

Y lo hace en la tercera sección, porque sabe que es la última trinchera que su sector va a poder defender, ante las dificultades para retener el favor de la mayoría de los bonaerenses que imponen la mejora de la situación económica, lo sucedido en CABA y el entendimiento entre LLA y el Pro.

Claro que si se hubiera producido la crisis del programa de estabilización mileista, que los economistas que la señora escucha vienen anunciando desde hace meses, en vez de esta convergencia entre libertarios y macristas, y si Kicillof no la estuviera desafiando con su “derecho al futuro” en la interna del PJ, tal vez hubiera tenido muchas más opciones a la mano. Podría haber puesto a alguien más a competir por las diputaciones bonaerenses, y esperado a octubre para jugar su carta personal.

Pero como van las cosas, tanto adentro como afuera de su partido, no le quedó otra. Como ella misma dice, “sin septiembre no va a haber octubre”, si no se consigue un resultado medianamente digno en la elección bonaerense, el peronismo se fragmentará mucho más de lo que ya lo ha está haciendo, y su liderazgo en el partido se reducirá a una mera formalidad. Y sospecha, además, que lo único que pueda garantizar a esta altura sea no perder en el núcleo más duro del voto peronista, La Matanza y aledaños, porque retener el resto de las secciones se ha vuelto una quimera.

Por tanto, si pone su marca personal a la elección de la tercera sección, y los astros la acompañan, puede que ese domingo de septiembre los medios amigos titulen que allí ganó ella, y en el resto del distrito perdió Kicillof.

Con lo que descargará la responsabilidad por los flacos resultados en otros, disciplinará a quienes se le han venido sublevando, y se asegurará seguir reinando un tiempo más en el disminuido espacio peronista, como tuerta en el país de los ciegos. ¡Que bajo ha caído, no?!, con lo poco que se conforma, lo estrecha de miras que se ha vuelto.

Leé también: La caída más brutal del kircherismo: por miedo a ir presa, Cristina pasó de Presidenta a candidata marginal

Debe intuir, también, que su apuesta no es del todo incompatible con la del Presidente: también para Milei que el liderazgo kichnerista sobreviva, reducido a la tercera sección y poco más, no sería una mala noticia. Bastante mejor que el escenario incierto que redundaría en caso de una dispersión total del partido y el electorado peronistas. Porque de esto podría resultar cualquier cosa, tal vez una reemergencia de la avenida del medio, una nueva convergencia de actores de centro. En cambio la continuidad de Cristina ya se sabe lo que ofrece: la oposición más funcional e impotente que el gobierno nacional sería capaz de imaginar.

Por eso es que nadie en el oficialismo pretende jubilar a Cristina. Sí a Macri, y también a Kicillof.











Leer más

Visitas: 0