Fecha de publicación: 26 de Noviembre de 2025 a las 11:33:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: El objetivo de este ataque es ver los datos personales y bancarios para realizar robos
Contenido: Mientras las transacciones con tarjeta avanzan vertiginosamente, el dinero en efectivo continúa es un elemento cotidiano y los cajeros automáticos son la solución ideal, lo que lleva a que surja diferentes estafas en estos dispositivos. Una de ellas consiste en usar billetes.
Esta es una modalidad de ataque que tiene una metodología sencilla, lo que genera una mayor alarma al ser tan efectiva. Por lo que es importante conocerla para aprender a evitarla.
La dinámica de esta estafa parte de la distracción. Los autores de este fraude colocan un billete en la ranura dispensadora del cajero automático y aguardan, vigilando a distancia, a que una víctima potencial se disponga a operar el terminal.
El mecanismo resulta especialmente peligroso porque apela a la humanidad e instinto del usuario. Al intentar retirar dinero, el cliente detecta un billete atascado o sobresaliendo de la ranura. En ese instante, la acción natural suele ser detenerse.
Algunos pueden pensar que el billete ha quedado olvidado por el usuario anterior, otros simplemente intentan recuperarlo o averiguar de quién es. Independientemente de la reacción, el objetivo central del estafador se cumple: captar la atención completa de la víctima y apartarla del proceso principal que realiza en el cajero automático.
Mientras esto ocurre, el delincuente observa sigilosamente, a veces de lejos y en otras ocasiones utilizando cámaras ocultas. Este paso es fundamental, ya que la víctima, enfocada en resolver el misterio del billete, pierde de vista la tarjeta, el teclado y la pantalla del cajero.
En cuestión de segundos, los datos sensibles, como el código PIN, pueden quedar expuestos a los ojos de un observador astuto o capturados por cámaras improvisadas instaladas en las inmediaciones.
Esta estafa no siempre se limita a la observación pasiva. En determinadas variantes, los delincuentes dan un paso adelante e interactúan directamente con la víctima.
No resulta extraño que uno de los estafadores se acerque simulando interés en ayudar o aportando instrucciones. En ocasiones ofrecen “consejos” falsos, instando al usuario a alejarse del cajero por supuestos motivos técnicos o para buscar asistencia. Ese breve abandono del terminal se convierte en la oportunidad perfecta para consumar el robo de la tarjeta e incluso la retirada de efectivo.
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