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Fecha de publicación: 25 de Noviembre de 2025 a las 12:00:00 hs

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Medio: TN

Categoría: GENERAL

Ansiedad por la productividad: cómo combatir la idea de que si no estás haciendo algo, estás perdiendo tiempo

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Descripción: Aunque estemos agotados físicamente, muchas veces la mente sigue funcionando en modo alerta. Expertos explican por qué hoy descansar genera culpa y qué papel tienen las redes sociales en este fenómeno.

Contenido: Sentarnos sin hacer nada parecería sencillo, pero para muchos resulta una tarea incómoda. A veces el cuerpo está listo para dormir, desconectar o simplemente pausar… pero la mente sigue encendida, repasando pendientes, preocupaciones o lo que “deberíamos estar haciendo”.

En sociedades donde la productividad se valora como una medida de éxito personal, descansar se vuelve un desafío emocional y cultural. No se trata solo de falta de tiempo, sino de una sensación interna: la culpa. A eso se suman el ritmo acelerado de vida, el estrés cotidiano, la hiperconexión digital y la dificultad para tolerar silencio o pausa mental.

“Esto crea lo que yo llamo ansiedad por la productividad, una sensación de malestar o culpa cuando no estás haciendo algo activamente, trabajando o mejorando”, asegura la Dra. Sumalatha Vasudeva, psicóloga del Hospital Gleneagles BGS (Bengaluru, India).

La especialista explica que la productividad pasó de ser una herramienta laboral a convertirse en un marcador emocional: hoy, muchas personas sienten que valen más en función de cuánto producen. Por eso, descansar puede vivirse como sinónimo de inacción o fracaso.

“Muchas personas se mantienen tan ocupadas durante el día que nunca piensan ni sienten. Pero en cuanto se detienen, todo queda en silencio y empiezan a aparecer pensamientos, preocupaciones y emociones inconclusas”, señala el Dr. Rahul Chandhok, consultor en salud mental del Hospital Artemis (Gurugram, India).

El experto remarca que no solo es cultural: también es emocional. Cuando frenamos, emergen temas no resueltos, dudas o angustias postergadas. Entonces, en lugar de calma, aparece inquietud o incomodidad.

Según los expertos, las principales razones por las que el descanso se vuelve difícil son:

En Argentina —como en otros países con fuerte cultura del esfuerzo— este patrón se profundiza: “Si no estás haciendo algo, estás perdiendo tiempo”.

“La verdad es que eso no es descanso: es otra forma de agotamiento mental disfrazada de entretenimiento”, advierte el Dr. Rahul Chandhok.

Ver series, usar el celular o pasar horas en redes puede parecer relajante, pero mantiene al cerebro estimulado. Por eso, después de “descansar” con pantallas, muchas personas continúan con sensación de cansancio, vacío o irritación.

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La Dra. Vasudeva agrega: “Las personas suelen pensar que ver películas o series es descanso, pero hoy es una trampa común. El verdadero descanso requiere desconexión de estímulos”.

“Descansar no es debilidad: es equilibrio. Pausar ayuda a recuperar la concentración, la creatividad y la energía”, explica Chandhok.

Los especialistas recomiendan:

La Dra. Vasudeva resume: “El descanso es una habilidad y como cualquier habilidad, puede aprenderse.”

En síntesis, descansar no es un lujo ni una recompensa: es una necesidad biológica y emocional. En un mundo que nunca frena, aprender a pausar puede ser una forma de autocuidado, salud mental y equilibrio.

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