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Fecha de publicación: 22 de Noviembre de 2025 a las 10:00:00 hs

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Medio: INFOBAE

Categoría: GENERAL

Sheynnis Palacios, la nicaragüense que pasó de ser un orgullo nacional a una “amenaza” para el régimen de Ortega tras ganar Miss Universo

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Descripción: La joven se convirtió en la primera centroamericana en obtener el mayor certamen de belleza del mundo en 2023

Contenido: En la semana en que una nueva soberana fue coronada como Miss Universo 2025, el nombre de Sheynnis Palacios, la reina nicaragüense de 2023, volvió con fuerza a la conversación pública. No solo por haber sido la primera centroamericana en obtener la corona, sino porque su historia continúa siendo uno de los episodios más tensos y contradictorios de la franquicia.

A diferencia de otras reinas universales, Palacios nunca pudo celebrar su triunfo en su país natal y se convirtió -extraoficialmente- en una persona no grata.

Sheynnis Palacios creció en una familia humilde, un origen que ella misma suele mencionar con orgullo. Nació en Managua y fue criada por su madre, su abuela y sus bisabuelos.

A los 16 años ganó Miss Teen Nicaragua, un logro que la introdujo en los certámenes de belleza y con el que comenzó a cumplir diversos sueños que tenía desde que era niña: llegó a ser Miss Mundo Nicaragua 2020 y luego conquistó la corona de Miss Nicaragua.

A la par con su carrera de modelo, Palacios estudió Comunicación Social en la prestigiosa Universidad Centroamericana (UCA) tras conseguir una beca por su situación económica. En ese entonces, Sheynnis ayudaba a su mamá a vender buñuelos caseros en la calle.

La joven nunca se avergonzó del negocio familiar, ni siquiera cuando una presentadora de farándula local la apodó Miss Buñuelos de forma despectiva.

En su perfil también destaca su compromiso por la salud mental, un tema al que se dedicó luego de sus luchas personales con la ansiedad. Fue así que creó el podcast Entiende tu Mente, donde invitaba a especialistas para acercar estas cuestiones a los jóvenes.

El 18 de noviembre de 2023, en San Salvador, Sheynnis Palacios hizo historia al convertirse en la primera Miss Universo nicaragüense y la primera centroamericana en ganar el certamen. En Nicaragua, miles salieron a las calles a celebrar de forma espontánea: cantaron el himno nacional, ondearon banderas y corearon su nombre.

Era la coronación soñada para cualquier país y, durante las primeras horas, también lo fue para el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que concentra el poder ejecutivo desde el 2007.

Funcionarios municipales visitaron a su familia con flores y el Consejo de Comunicación y Ciudadanía —dirigido por Murillo— publicó un mensaje oficial celebrando la victoria, reconociéndola como un orgullo nacional.

No obstante, la luna de miel duró poco.

Según un extenso reportaje de The New York Times, el régimen cambió de postura con rapidez. Dos detonantes fueron decisivos: las masivas celebraciones callejeras que fueron percibidas como una amenaza por la posibilidad de convertirse en protestas políticas; y las fotos que alguien difundió en Internet, donde se veía a Palacios en las manifestaciones estudiantiles de 2018 contra el régimen.

Eso bastó para que el discurso de las autoridades de Nicaragua cambiara abismalmente: ahora la corona de Miss Universo era peligrosa para el oficialismo.

La directora de Miss Nicaragua, Karen Celebertti, fue impedida de ingresar al país en el aeropuerto. La policía allanó su casa y arrestó a su esposo e hijo adolescente. Días después, ambos fueron acusados de “traición a la patria” y “conspiración”, y finalmente desterrados. Celebertti y su hija ya estaban en México exiliadas desde antes.

Artistas que intentaron pintar un mural en honor a Palacios fueron detenidos; un tiktoker simpatizante del gobierno fue arrestado por defenderla públicamente.

La prensa documentó estos casos como parte de una respuesta represiva que buscaba eliminar todo símbolo de unidad o expresión pública no controlada por el Estado.

En una de sus intervenciones radiales, la entonces primera dama Rosario Murillo calificó las celebraciones como “aprovechamiento grosero” y parte de una “comunicación terrorista” que pretendía convertir un momento de orgullo en “golpismo destructivo”.

Desde su coronación, Palacios ha residido en Nueva York como parte de sus funciones. Ha recorrido más de 31 países, según The New York Times, convirtiéndose en la Miss Universo que más viajes realizó en un solo año.

Sin embargo, ese récord contrasta con un hecho histórico: nunca pudo realizar la tradicional gira triunfal en su país

Formalmente, Sheynnis siempre ha negado que se le haya bloqueado el ingreso a Nicaragua. “No he recibido documentación o información que me diga que no soy recibida”, dijo incluso en una entrevista. Ella evita hablar de un exilio, y en lugar de ello se excusó con que su agenda internacional fue lo que le impidió regresar.

Sin embargo, otras versiones de su circulo cercano revelan que hay más bajo la superficie.

La copropietaria de Miss Universo, Anne Jakrajutatip, escribió en mayo de 2024 —en un mensaje que luego borró— que Palacios vivía un “exilio indefinido” debido a las “crueles intenciones” del gobierno de Ortega.

Además, la abuela y el hermano menor de Palacios viajaron a Estados Unidos mediante parole humanitario en abril de 2024, una señal clara de que su entorno inmediato también fue presionado.

Mientras Palacios seguía su agenda internacional, Nicaragua profundizó su crisis de derechos humanos.

Según datos citados por The New York Times, más de 350.000 nicaragüenses han solicitado asilo y más de 2000 personas han sido detenidas arbitrariamente desde 2018. El país ha despojado de su nacionalidad a opositores, artistas y líderes religiosos, y ha mantenido un clima de persecución sistemática.

Asimismo, durante su año como Miss Universo, Palacios evitó hablar del gobierno nicaragüense y explicaba que medía sus palabras porque es una “embajadora global” de la organización de belleza. El New York Times estimó que se debería a una estrategia de no confrontación para evitar mayores represalias con allegados que todavía viven allá.

La joven de 25 años entregó su corona en 2024 a Victoria Kjær Theilvig y continuó su carrera pública en centroamérica.

En una entrevista concedida en julio al programa Íntimo con Douglas, en televisión costarricense, le preguntaron a Palacios si todavía no había podido regresar a casa.

“Yo no pierdo la fe y la esperanza. Eso está más para acá que para allá, como diríamos popularmente. Está más cerca que lejos el yo pisar mi país, celebrar con la gente y poder darle este momento que tanto se merecen”, replicó.

Sin embargo, también marcó distancia de quienes la vinculan con intereses políticos. “No me interesa nada que tenga que ver con la política. Me encanta seguir hablando de salud mental”, dijo en relación a la causa que defendía incluso desde antes de ser reina.

Con esta historia se entiende también que la concursante que representó esta semana a Nicaragua en Miss Universo 2025 también haya sido una “reina exiliada”. Itza Castillo, natural de Managua, fue elegida en Miami en agosto de este año ya que el comité de Miss Nicaragua se disolvió en 2023.

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