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Fecha de publicación: 2 de Junio de 2025 a las 07:34:00 hs

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Medio: INFOBAE

Categoría: GENERAL

“Mountainhead” expone la visión de los magnates sobre las crisis latinoamericanas en su sátira de poder

Portada

Descripción: La película retrata a Venis, Randall, Jeff y Hugo como versiones extremas de empresarios reales, y utiliza la mención de Argentina, Ecuador, Perú, Venezuela y Cuba para subrayar la desconexión y el oportunismo de la élite digital

Contenido: ⚠️ CONTIENE SPOILERS MENORES: este artículo revela diálogos y situaciones específicas de “Mountainhead” sin develar elementos centrales de la trama.

Jesse Armstrong, el aclamado creador de "Succession“, regresa con su debut cinematográfico ”Mountainhead“, una sátira mordaz que se estrenó en HBO Max el 31 de mayo. La película, escrita y dirigida por el propio Armstrong, reúne a cuatro magnates tecnológicos en un lujoso retiro en las montañas nevadas de Utah mientras el mundo se desmorona debido a una crisis internacional provocada, en gran parte, por las herramientas de inteligencia artificial desarrolladas por uno de ellos.

Filmada en Park City, Utah, la mansión “Mountainhead” funciona como un refugio aislado donde estos cuatro amigos billonarios —dueños de plataformas sociales, inversores de capital de riesgo y desarrolladores de IA— contemplan el caos global desde su burbuja de privilegio.

La película mantiene el mismo estilo de edición y dirección característico de "Succession“, pero trasladado a un contexto contemporáneo donde deepfakes generados por IA desatan una crisis de desinformación masiva que amenaza la estabilidad global. Entre partidas de póker que nunca se juegan y planes megalómanos de conquista mundial, Armstrong expone la desconexión emocional y la arrogancia de los nuevos poderosos del siglo XXI.

"Mountainhead" llega en un momento donde la desinformación impulsada por la inteligencia artificial es considerada “la mayor amenaza global”según el Foro Económico Mundial, y donde la dificultad para distinguir entre contenido real y manipulado representa uno de los retos más urgentes de 2025.

La película presenta una versión extrema, pero verosímil de esta realidad: la plataforma “Traam” de Venis ha desplegado herramientas de deepfakes que generan contenido audiovisual indistinguible de la realidad, lo que provoca que “la manipulación de grabaciones de audio mediante IA demuestre la acuciante necesidad de medidas integrales para salvaguardar la democracia”.

En el universo ficcional de Armstrong, estos deepfakes ultrarrealistas han desencadenado violencia sectaria, colapsos financieros y crisis gubernamentales globales. Argentina aparece repetidamente en los diálogos como ejemplo paradigmático de esta inestabilidad. Los personajes describen al país con una mezcla de oportunismo y desprecio: “Argentina es un caos. Argentina se está hundiendo. El banco central se ha vuelto loco”, mientras observan con frialdad cómo “lo que estamos viendo es hiperinflación en el sur y una crisis crediticia en el norte”.

La película muestra cómo estos magnates tecnológicos ven las crisis nacionales como oportunidades de negocio. En una secuencia reveladora, uno de los personajes propone “¿Nos hacemos con un par de naciones en decadencia y le enseñamos a la gente cómo se hace?” y sugiere “tomar uno o más estados frágiles o fallidos del hemisferio occidental, como Argentina, Venezuela o Cuba“. La conversación escala hasta el punto donde Hugo, el anfitrión, establece comunicación directa: “Buenos Aires, aquí Mountainhead. ¿Me escuchan? Soy Hugo Van Yalk”, y pregunta descaradamente: “¿Quién es quién en el golpe?”

La película también retrata la volatilidad de sus análisis geopolíticos cuando los personajes mencionan que "Ecuador parece estar bien", para inmediatamente corregirse: "Ecuador está jodido". Esta contradicción instantánea refleja la superficialidad con la que estos magnates evalúan crisis complejas, tratando naciones enteras como variables en sus cálculos financieros, como cuando sugieren: “Bueno, miremos ahora a Perú, y esperemos que aguante".

Armstrong utiliza estas referencias no como mera ficción geopolítica, sino como reflejo de cómo el poder tecnológico contemporáneo ve a las naciones en crisis: como mercados potenciales para sus “soluciones” disruptivas, donde pueden experimentar con “estados con redes criptográficas” mientras “la población le encanta y se convierte en una bola de nieve”.

La película no es ciencia ficción, sino un espejo distorsionado del presente. En 2025, “los ataques de ingeniería social han alcanzado un nuevo nivel de sofisticación gracias al uso de deepfakes”, con casos reales como “un empleado en Hong Kong que fue engañado mediante una videollamada falsa con su ‘jefe’, lo que dio como resultado la transferencia de 20 millones de dólares”.

Al igual que en "Succession“, donde los personajes estaban claramente inspirados en dinastías mediáticas reales como los Murdoch, Armstrong ha construido en "Mountainhead" un cuarteto de personajes que funcionan como caricaturas afiladas de las figuras más influyentes del mundo tecnológico actual. Cada uno representa diferentes arquetipos y obsesiones de la élite tech contemporánea.

Venis (Cory Michael Smith): la fusión Musk-Zuckerberg

Venis es el personaje central de la película, descrito como el hombre más rico del mundo y propietario de la plataforma social “Traam”, que cuenta con cuatro mil millones de usuarios. Su nombre evoca tanto a “Venus” como a una corrupción de “penis”, lo que sugiere tanto vanidad como masculinidad tóxica.

Semejanzas con Elon Musk:

Semejanzas con Mark Zuckerberg:

En la película, Venis ha lanzado herramientas de deepfakes que han desencadenado el caos mundial, pero él ve esta crisis como una oportunidad de crecimiento más que como una responsabilidad moral.

Randall (Steve Carell): el padrino filosófico

Randall representa al inversor veterano y filósofo amateur del grupo, un hombre enfermo terminal que busca la inmortalidad a través de la tecnología. Funciona como el patriarca intelectual de este círculo de poder.

Inspirado en Marc Andreessen:

Inspirado en Peter Thiel:

Randall encarna la figura del capitalista de riesgo, que se ve a sí mismo como un visionario civilizacional, dispuesto a tomar decisiones drásticas para preservar su visión del futuro.

Jeff (Ramy Youssef): la conciencia conflictuada

Jeff representa al desarrollador con principios éticos que se debate entre sus valores morales y su ambición profesional. Es el creador de “Bilter”, una IA capaz de detectar deepfakes y separar contenido real de falso.

Inspirado en Sam Altman (OpenAI):

Inspirado en Demis Hassabis (DeepMind) y Dario Amodei (Anthropic):

Jeff funciona como la “conciencia” del grupo, pero la película explora cómo incluso los tecnólogos con mejores intenciones pueden verse comprometidos por la dinámica del poder y la competencia.

Hugo Van Yalk “Souper” (Jason Schwartzman): el millonario frustrado

Hugo es el anfitrión del retiro y el miembro más “pobre” del grupo, con “apenas” 521 millones de dólares. Su apodo “Souper” sugiere que está tan cerca de la pobreza que podría necesitar un comedor social, una broma cruel sobre la relatividad de la riqueza en estos círculos.

Inspirado en emprendedores tech de segunda fila:

Ecos de Jack Dorsey:

Hugo encarna al emprendedor tecnológico que, pese a ser extraordinariamente rico para estándares normales, vive en la constante ansiedad de no pertenecer realmente a la élite absoluta del poder tecnológico. En la película, es quien más claramente expresa las fantasías megalómanas del grupo, llega a establecer comunicación directa con gobiernos extranjeros desde su mansión y fusiona absurdamente su negocio de meditación con ambiciones geopolíticas cuando pregunta: “¿Cómo vas a compaginar una aplicación de meditación con ser presidente de Argentina?”

A través de estos cuatro personajes, Armstrong disecciona las diferentes facetas del poder en Silicon Valley: el disruptor megalómano (Venis), el ideólogo financiero (Randall), el científico comprometido (Jeff) y el aspirante perpetuo (Hugo). Cada uno representa no solo individuos específicos, sino arquetipos completos del ecosistema tecnológico contemporáneo.

La película funciona como un espejo distorsionado, pero reconocible, de un mundo donde un puñado de hombres controla las herramientas que dan forma a la realidad global, y donde la línea entre la innovación y la destrucción se ha vuelto peligrosamente difusa.

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