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Fecha de publicación: 6 de Noviembre de 2025 a las 08:20:00 hs

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Medio: INFOBAE

Categoría: GENERAL

Empresas apuestan por superusuarios de IA para ganar competitividad

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Descripción: El perfil de usuarios avanzados de IA se consolida como clave para el éxito organizacional al liderar la adopción sistémica de inteligencia artificial y maximizar el valor empresarial más allá de la simple automatización de tareas

Contenido: La irrupción de la inteligencia artificial generativa ha dado lugar a un perfil profesional emergente: el superusuario de IA. Este rol trasciende el dominio de herramientas puntuales y centra sus esfuerzos en una transformación sistemática y medible de los resultados organizacionales. Aunque el 80% de las iniciativas corporativas de IA persiguen la eficiencia, las organizaciones que obtienen mayor valor recurren a la IA para impulsar el crecimiento y la innovación.

El superusuario de IA representa esta ambición al integrar la tecnología en los procesos críticos y rediseñar flujos de trabajo, una práctica predominante en la mitad de las empresas líderes en el sector.

El diferencial en productividad no deja lugar a dudas: los profesionales que emplean activamente IA generativa logran ser, en promedio, un 33% más productivos durante sus horas de uso.

Este aumento se traduce en un ahorro de tiempo cercano al 5,4% de las horas semanales, equivalente a unas 2,2 horas en una semana laboral estándar de 40 horas. El objetivo del superusuario radica en maximizar tanto el tiempo como la sofisticación en el uso de la tecnología, superando los promedios de sectores como informática y matemáticas, donde la IA ocupa cerca del 12% de las horas laborales.

En sintonía con este fenómeno, The Wall Street Journal señala que los superusuarios de IA no son necesariamente expertos en tecnología, sino profesionales convencionales que han aprendido, mediante la experimentación, a extraer más valor de estas herramientas.

Al adoptar un enfoque práctico, han desarrollado la capacidad de conectar aplicaciones y optimizar procesos empresariales, posicionándose siempre un paso adelante de sus colegas y obteniendo reconocimiento en sus organizaciones.

La mayoría de las compañías aún se encuentra en fases exploratorias respecto a la IA; aproximadamente dos tercios no han alcanzado el nivel de despliegue organizacional.

El superusuario de IA funge como agente interno de cambio, facilitando la integración profunda de la tecnología y convirtiéndose en una pieza clave para superar la etapa experimental. Este cambio implica redefinir el papel humano: con tareas repetitivas delegadas a agentes digitales, los profesionales se enfocan en la toma de decisiones y la resolución creativa de problemas, además de gestionar sus propios equipos de agentes de IA.

De acuerdo con el testimonio recogido por The Wall Street Journal, empleados que comparten activamente consejos sobre IA y ayudan a sus colegas pueden afianzar su posición como referentes internos, lo que les permite demostrar su valor y asegurar su futuro profesional.

El dominio de la IA no requiere formación en programación, sino una combinación de cuatro competencias estratégicas y cognitivas:

Esta base permite la creación de equipos dedicados como AI Ops o Centros de Excelencia, responsables de monitorizar y auditar la “fuerza laboral digital”.

El superusuario de IA es el principal responsable del control de calidad en un escenario donde los modelos pueden generar información incorrecta o reproducir sesgos. Su marco de auditoría exige verificar datos, asumir la responsabilidad total sobre los resultados y comparar la salida de distintos modelos.

El uso de herramientas con Recuperación Aumentada (RAG), que se apoyan en bases de datos fácticas, es fundamental para evitar errores. En sectores como las finanzas, la figura del superusuario garantiza siempre la validación humana en procesos críticos, permitiendo que el juicio profesional prevalezca.

El camino hacia el reconocimiento profesional exige demostrar que el dominio de la IA se traduce en métricas empresariales concretas, como el impacto en EBIT o la productividad funcional.

Un ejemplo: en atención al cliente, la implementación de IA generativa eleva la productividad entre un 30% y un 45% de los costes de la función. Además, la IA actúa como un compañero cibernético, impulsando la generación de ideas de alta calidad y situando más soluciones en el principal decil de innovación.

Este fenómeno ha propiciado un auge en roles como Prompt Engineer (crecimiento del 135,8%) y AI Engineer (143,2%). Tal y como describe WSJ, estos power users destacan no solo por su eficacia, sino también por la reputación que construyen al anticiparse a las tendencias y escalonar su aprendizaje.

Lograr este estatus implica práctica constante, capacidad de adaptación y la disposición de invertir tiempo en el perfeccionamiento de los flujos de trabajo.

El superusuario es indispensable para cerrar la brecha entre la estrategia y la ejecución, ya que su proactividad y voluntad de participar en proyectos piloto acelera la madurez digital de toda la organización.

La clave reside en compartir los éxitos y mejores prácticas con el equipo, fomentando la adopción colectiva y posicionando a la empresa en la vanguardia competitiva.

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