Fecha de publicación: 3 de Noviembre de 2025 a las 13:34:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: La coordinación y fuerza, además de la velocidad en la capacidad de completar tareas, están asociadas a un menor riesgo de pérdida de independencia en adultos mayores, afirma un estudio realizado por 14 años. Por qué los expertos advierten que se requieren más estudios para confirmar estos hallazgos
Contenido: Una sencilla prueba de destreza manual que toma menos de un minuto podría ofrecer indicios sobre la esperanza de vida y el riesgo de discapacidad funcional en adultos mayores, de acuerdo con un estudio longitudinal realizado en Japón y publicado en la revista Annals of Geriatric Medicine and Research (AGMR).
La investigación siguió a 1.069 personas mayores de 65 años residentes en la ciudad de Kasama durante un periodo máximo de 14 años. Los resultados difundidos por el Daily Mail sugirieron que la capacidad de las manos para realizar tareas precisas puede anticipar la pérdida de independencia funcional y la necesidad de cuidados a largo plazo.
El estudio evaluó la destreza manual de los participantes mediante dos pruebas específicas. En la primera, debían trasladar 48 pequeñas clavijas de un tablero a otro lo más rápido posible, usando ambas manos de manera simultánea.
El tiempo empleado resultó determinante: quienes tardaron más de 38 segundos presentaron un riesgo mayor de desarrollar discapacidad funcional, de acuerdo con los datos recogidos por el Daily Mail y confirmados por AGMR.
La segunda prueba consistió en dibujar círculos numerados en orden ascendente, del 1 al 80, durante 15 segundos con una sola mano. El umbral de riesgo se estableció en 21 círculos; quienes no alcanzaron esa cifra también mostraron una mayor probabilidad de perder autonomía en actividades cotidianas. Los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos según su desempeño —alto, medio y bajo— y analizaron la evolución de su salud a lo largo del tiempo.
Durante el seguimiento, que tuvo una media de 8,5 años y un máximo de 14 años, el 23% de los participantes desarrolló algún tipo de discapacidad funcional, como dificultades para caminar, cocinar o realizar compras, según AGMR.
El análisis reveló que quienes obtuvieron los peores resultados en la prueba de las clavijas duplicaron su riesgo de discapacidad en comparación con los de mejor desempeño. Mientras que en la prueba de los círculos, el riesgo fue 1,66 veces mayor para el grupo de menor puntuación.
Frente a esto, los expertos consultados por Daily Mail destacaron que la pérdida de destreza manual puede dificultar tareas básicas como cocinar, cepillarse los dientes o alimentarse, lo que puede derivar en problemas de higiene y nutrición. Además, quienes desarrollaron discapacidad funcional presentaron un riesgo considerablemente mayor de perder su independencia y requerir ingreso en residencias o centros de cuidados prolongados.
Los investigadores ajustaron los resultados por variables como edad, sexo, nivel educativo e índice de masa corporal, y subrayaron que la destreza manual podría reflejar la fortaleza muscular general, la densidad ósea y la capacidad para evitar caídas, factores todos ellos vinculados a una mayor longevidad.
Tanto la AGMR como el Daily Mail advirtieron que la destreza manual no es el único factor que influye en la esperanza de vida o el riesgo de discapacidad. La pérdida de función en las manos puede ser consecuencia de enfermedades como artritis, accidentes cerebrovasculares, esclerosis múltiple o Parkinson, todas ellas asociadas a un mayor riesgo de dependencia en la vejez.
Los autores del estudio reconocieron la necesidad de realizar más investigaciones para confirmar la relación entre la destreza manual y la esperanza de vida, y para determinar si la mejora de la función de las manos puede traducirse en una reducción efectiva del riesgo de discapacidad.
El estudio publicado en AGMR señaló que, aunque la asociación observada es significativa, no se puede descartar la influencia de otros factores de salud o sociales.
El envejecimiento poblacional y la disminución de la esperanza de vida en algunos países han incrementado la preocupación por la calidad de vida en la vejez. Según el Daily Mail, y a modo de ejemplo, actualmente más de 1,2 millones de estadounidenses viven en residencias, y se prevé que esta cifra aumente en los próximos años.
Con este contexto, los investigadores sugirieron que mantener la destreza manual podría ser una estrategia útil para preservar la independencia funcional en la tercera edad.
La revista científica añadió también que la práctica regular de ejercicios que estimulen la coordinación y la fuerza de las manos, junto con otras intervenciones de rehabilitación, podría contribuir a retrasar la aparición de discapacidades. La detección temprana de la pérdida de destreza, mediante pruebas simples como las descritas, permitiría identificar a las personas en riesgo y ofrecerles apoyo preventivo.
De este modo, la sencillez y eficacia de estas pruebas manuales permiten anticipar problemas funcionales, facilitando una intervención temprana y ayudando a que adultos mayores mantengan su autonomía por más tiempo.
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