Fecha de publicación: 28 de Octubre de 2025 a las 05:00:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: Algunas manifestaciones físicas pueden anticipar alteraciones graves en el funcionamiento del organismo. Cómo identificarlas y claves para actuar a tiempo y evitar complicaciones, según un análisis del Framingham Heart Study
Contenido: Recientes investigaciones han puesto el foco en una parte del cuerpo que, hasta hace poco, pasaba inadvertida para la mayoría cuando se trataba de evaluar el riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares: el cuello.
Según los datos extraídos del Framingham Heart Study, iniciado en 1948 en Estados Unidos, la circunferencia del cuello se ha revelado como un marcador relevante que podría anticipar afecciones como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas e incluso accidentes cerebrovasculares.
Esta área anatómica, tradicionalmente asociada con la esfera estética y postural, está tomando un nuevo protagonismo en la medicina preventiva.
El Framingham Heart Study, que lleva décadas rastreando factores de riesgo para enfermedades cardíacas, fue pionero en postular que un cuello grueso podría vincularse con un mayor riesgo cardiovascular.
En un análisis de datos realizado en 2010, se encontró que la medida del cuello puede ser un predictor directo de cardiopatías y diabetes tipo 2, incluso cuando se han considerado otras variables bien conocidas como el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura.
El cuello grueso puede indicar un alto nivel de grasa localizada en la parte superior del cuerpo y, frecuentemente, también sugiere la presencia de grasa visceral, la cual se acumula en la cavidad abdominal alrededor de los órganos y se considera especialmente nociva para la salud.
Adicionalmente, investigaciones publicadas en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism con los mismos datos han vinculado una mayor circunferencia del cuello con la aparición de fibrilación auricular, una forma de arritmia que incrementa de forma considerable las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca.
También existe una conexión entre cuellos grandes y mayor predisposición a la apnea del sueño, condición con repercusiones serias que multiplica el riesgo de enfermedades cardíacas y cerebrovasculares.
La interpretación del tamaño del cuello como potencial señal de riesgo varía en función de varios factores. El Dr. Mike Dilkes, cirujano otorrinolaringólogo del HealthHub de Londres, establece umbrales claros: “En general, si el cuello de un hombre tiene más de 17 pulgadas de circunferencia, esto podría ser una señal de advertencia de varias afecciones”. Para las mujeres, el límite es de 16 pulgadas.
Estos límites orientativos apuntan a la acumulación de grasa en la zona, que es especialmente dañina cuando no está acompañada de desarrollo muscular.
Sobre la diferencia entre masa muscular y grasa, Dilkes aclara: “Los atletas musculosos, como los jugadores de rugby, que tienen cuellos grandes debido a la masa muscular y no a la grasa, no tienen por qué preocuparse, ya que los atletas generalmente tienen mejor salud de las vías respiratorias y marcadores cardiovasculares que los no atletas con cuellos de tamaño similar”.
Por ello, el contexto—masa muscular frente a tejido adiposo—resulta fundamental para interpretar estos signos en las evaluaciones médicas.
El estudio titulado “Neck Circumference and the Development of Cardiovascular Disease Risk Factors in the Framingham Heart Study” indica que el cuello es mucho más que una simple estructura anatómica; funciona como un termómetro de varias condiciones médicas subyacentes.
Especialistas como el Dr. Dilkes enfatizan que ciertas señales físicas en esta zona pueden alertar sobre problemas de salud delicados, por lo cual conviene prestar atención a los cambios o síntomas que puedan aparecer.
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