Fecha de publicación: 29 de Mayo de 2025 a las 18:40:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: Algunos signos comunes, como el alto consumo de batería o apps que se abren solas, podrían ser la pista de que hay software malicioso actuando en segundo plano
Contenido: Actualmente los teléfonos móviles concentran datos personales, información bancaria y acceso a cuentas sensibles, por lo que resulta indispensable el cuidado y la ciberseguridad del dispositivo, sin embargo muchos usuarios todavía subestiman las señales de advertencia que podrían indicar una infección con malware.
Lentitud excesiva, consumo desmedido de batería o datos móviles, e incluso un sobrecalentamiento sin causa aparente, son síntomas que no deben pasarse por alto.
Aunque la mayoría asocia los virus con equipos de escritorio, la realidad es que los smartphones se han convertido en uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes.
Al ser dispositivos siempre encendidos, conectados a internet y repletos de información sensible, representan una puerta de entrada ideal para espiar, robar datos o propagar amenazas.
Uno de los indicios más frecuentes de infección es la pérdida de rendimiento. Si un celular relativamente nuevo comienza a funcionar de forma errática, como por ejemplo aplicaciones que se cierran solas, páginas que tardan demasiado en cargar o una batería que se agota con rapidez; es posible que esté ejecutando tareas ocultas en segundo plano.
Otra señal clave es el sobrecalentamiento. Cuando un dispositivo se calienta de forma inusual incluso sin uso intensivo, podría deberse a que un programa malicioso está operando en segundo plano, consumiendo recursos y afectando el comportamiento general del sistema. Este tipo de actividad también puede incrementar el consumo de datos móviles sin una causa aparente.
El comportamiento extraño de las aplicaciones también debe encender las alertas. Instalarse sin autorización, abrir ventanas emergentes constantes, redirigir a páginas web desconocidas o mostrar anuncios invasivos fuera del navegador son señales típicas de adware, un tipo de malware diseñado para generar ingresos mediante publicidad no deseada.
Pero algunos programas van más allá. Hay malware que accede a la lista de contactos para enviar enlaces fraudulentos a otras personas, intentando multiplicarse como una epidemia digital.
Otros, más sofisticados, se disfrazan de aplicaciones legítimas (como bancos o billeteras virtuales) para robar credenciales financieras. Estos se conocen como troyanos bancarios y su objetivo es claro: vaciar cuentas sin que el usuario lo note.
Detectar a tiempo que un teléfono está comprometido puede evitar pérdidas importantes. Ante la sospecha de infección, la recomendación de los especialistas es actuar sin demora. La empresa de ciberseguridad ESET propone dos enfoques: la eliminación automática y el proceso manual.
La opción automática es la más accesible. Consiste en descargar una aplicación antivirus confiable desde la tienda oficial, realizar un escaneo completo del sistema y permitir que el software identifique y elimine amenazas. Muchas de estas aplicaciones también ofrecen protección en tiempo real y actualizaciones frecuentes contra nuevos tipos de malware.
El método manual, en cambio, requiere mayor atención. Algunos malware ocultan sus íconos o bloquean los intentos de desinstalación.
Una estrategia útil consiste en revisar el menú de aplicaciones recientes, si aparece una ventana emergente sospechosa y luego se identifica una app desconocida (con íconos genéricos o invisibles) es posible que esa sea la fuente del problema. Desde allí, se pueden revisar los permisos concedidos y eliminar la aplicación desde los ajustes del sistema.
Después de eliminar el malware, es esencial cambiar todas las contraseñas importantes, en especial las asociadas a servicios financieros, redes sociales y correos electrónicos. Además, como medida preventiva, se recomienda:
Proteger un smartphone ya no es una opción, sino una necesidad. Las amenazas digitales evolucionan y, con ellas, las estrategias de ataque. Pero al mismo tiempo, también lo hacen las herramientas de defensa.
Estar atentos a señales tempranas, adoptar hábitos de navegación seguros y contar con medidas de protección activa puede marcar la diferencia entre una molestia pasajera y una brecha grave de seguridad.
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