Fecha de publicación: 20 de Octubre de 2025 a las 11:03:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: El creador de contenido también cuenta con un sello discográfico y otras empresas de entretenimiento
Contenido: Luis Fernando Villa Álvarez, conocido como Westcol, es el creador de Stream Fighters 4, un evento de boxeo que se llevó a cabo el pasado 18 de octubre en Bogotá y marcó récord de audiencia en Kick, reuniendo a cuatro millones de espectadores simultáneos.
El creador de contenido colombiano es una de las figuras recientes del streaming en Latinoamérica, un lugar al que ha llegado tras haber empezado haciendo contenido sobre videojuegos y en el que también ha generado diferentes polémicas por sus declaraciones, en las que la Corte Constitucional en el país ha tenido que intervenir.
Westcol nació en Medellín, en el año 2000, y atravesó una infancia marcada por la violencia en su entorno. Su historia personal lo llevó a rechazar caminos asociados al mundo de la delincuencia y las drogas. Antes de alcanzar notoriedad, trabajó en una plaza de mercado y como camarero, hasta que el confinamiento por la pandemia en 2020 lo dejó sin empleo.
Decidió entonces explorar la transmisión de videojuegos desde su casa, comenzó un rápido ascenso en plataformas como Twitch, Kick y YouTube.
Luis Villa ha acumulado millones de seguidores: 2,5 millones en Instagram, 1,4 millones en Twitch, más de 783.000 en Kick, 818.000 en YouTube y 575.000 en Twitter. En el entorno de Kick, se ha convertido en uno de los creadores de contenido más vistos, superando récords para canales en español tanto por cantidad de seguidores como por la repercusión de sus transmisiones en directo.
La historia digital de Westcol se remonta a su adolescencia, cuando compartía reacciones y gameplays en YouTube, inspirado por figuras como el español Vegetta777. Su primer video lo subió hace 15 años y su canal suma hoy más de 270 millones de visualizaciones.
Si bien mantiene su actividad en YouTube, su presencia principal se sitúa en Kick, donde transmite de manera diaria. “Yo hice muchos seguidores que ya son parte de mi familia. Los conozco desde que apenas iban al colegio. La comunidad ha crecido, antes todos éramos muy acelerados. Hoy seguimos siendo cercanos, pero con los pies en la tierra”, aseguró en entrevista con Infobae Tecno.
La carrera de Westcol no ha estado ajena al escándalo. Sus transmisiones, ancladas en un estilo provocador y directo, han desatado críticas y su figura ha polarizado a la opinión pública, especialmente entre los más jóvenes de su audiencia. En septiembre de 2022, durante un video en YouTube, realizó una serie de declaraciones ofensivas hacia la comunidad LGBTI, llegando a incitar a la violencia y a la discriminación.
Los fragmentos de ese video motivaron intervenciones judiciales. La Corte Constitucional de Colombia ordenó que Westcol produjera contenidos educativos sobre los efectos de la discriminación y recibiera capacitación en derechos humanos de personas LGBTI.
Este fallo se basó en la argumentación de que las expresiones del creador no solo afectan a una comunidad, sino que pueden afectar a individuos concretos, intensificando un clima de vulnerabilidad y marginación social. La Corte subrayó la obligación de los influencers de asumir una responsabilidad acorde al alcance masivo de sus mensajes.
Además de su trabajo como streamer, él aprovechó la exposición para construir otros negocios vinculados al entretenimiento: discotecas, una productora musical llamada W Sound, alquiler de autos de lujo y un restaurante en Miami. Entre los hitos figura la producción de ‘La Plena’ por Beéle, lanzada bajo su sello y con más de 416 millones de reproducciones en Spotify.
Esta es la cuarta edición de Stream Fighters, un formato de peleas digitales entre creadores de contenido, que logró un pico cercano a los cuatro millones de espectadores simultáneos. El evento, organizado en el Coliseo Medplus de Bogotá con capacidad para 22.000 asistentes, reunió a creadores de contenido de República Dominicana, Chile, Argentina, México, Perú y Colombia.
Superó ampliamente su marca anterior de 1,4 millones de espectadores, alcanzado los cerca de 4 millones de espectadores.
Además, esta velada congregó a creadores de contenido latinoamericanos, bajo estrictas medidas de seguridad, en combates que buscaron combinar espectáculo y protección de los participantes. Se emplearon guantes de mayor tamaño y cascos obligatorios, de acuerdo a la normativa de boxeo olímpico amateur, con árbitros responsables de velar por la integridad física de los contendientes.
El evento, sin embargo, tuvo varios problemas técnicos. A pesar de reunir a millones de espectadores, generó una ola de críticas en redes por problemas de sonido, caídas de la señal y la calidad de los comentarios de los narradores.
Algunas intervenciones fueron consideradas desafortunadas, multiplicando los reclamos de la audiencia ante lo que definieron como una cobertura deficiente, aunque la magnitud de la convocatoria eclipsó la mayoría de los tropiezos organizativos.
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