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Fecha de publicación: 2 de Agosto de 2025 a las 05:42:00 hs

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Medio: TN

Categoría: GENERAL

Los investigadores en IA negocian paquetes de sueldos millonarios, como los de las estrellas de la NBA

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Descripción: Los tecnólogos e están acercando al mercado laboral como si fueran Steph Curry o LeBron James, negociando duramente con los mejores postores.

Contenido: Durante el verano, Matt Deitke recibió una llamada de Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta. Zuckerberg quería que Deitke, un investigador de inteligencia artificial de 24 años que había ayudado recientemente a fundar una empresa emergente, se uniera al equipo de investigación de Meta dedicado a la “superinteligencia”, una tecnología que, en teoría, podría superar al cerebro humano. La empresa le prometió alrededor de 125 millones de dólares en acciones y efectivo durante cuatro años si se incorporaba.

La oferta no fue suficiente para atraer a Deitke, que quería seguir en su empresa, según dos personas con conocimiento de las conversaciones. Rechazó la oferta de Zuckerberg.

Así que Zuckerberg se reunió personalmente con Deitke. Luego, Meta contraaatacó con una oferta revisada de unos 250 millones de dólares en cuatro años, con la posibilidad de pagar hasta 100 millones en el primer año, según las personas citadas. El aumento de la remuneración fue tan sorprendente que Deitke les preguntó a sus compañeros qué debía hacer. Tras muchas discusiones, algunos de ellos le instaron a aceptar el acuerdo, y así lo hizo.

La guerra por el talento en IA en Silicon Valley se ha vuelto tan frenética, y tan extravagante, que cada vez se parece más al estratosférico mercado de las estrellas de la NBA.

Los jóvenes investigadores en IA están siendo reclutados como si fueran Steph Curry o LeBron James, con paquetes de compensación de nueve cifras estructurados para ser pagados a lo largo de varios años. Para navegar por la vorágine, muchos de los veinteañeros han recurrido a agentes no oficiales y a su círculo cercano para elaborar estrategias. También están jugando duro con las empresas para conseguir el máximo dinero, así como los jugadores de básquetbol buscan las mejores ofertas de los equipos.

Pero, a diferencia de los equipos de la NBA, las empresas de IA con grandes recursos económicos, como Meta, OpenAI y Google, no tienen límites salariales. (El último contrato de cuatro años de Curry con los Golden State Warriors fue 35 millones de dólares inferior al de Deitke con Meta). Esto ha hecho que la batalla por el talento en IA sea aún más feroz.

En las últimas semanas, la contratación de agentes libres de IA se ha convertido en un espectáculo en las redes sociales, muy similar al periodo previo al cierre del mercado de fichajes en el deporte. Mientras Meta, Microsoft, Google y OpenAI se han robado empleados unos a otros, se han publicado anuncios de empleo en Internet con gráficos que recuerdan a los grandes fichajes deportivos, elaborados por el medio de comunicación online TBPN, que presenta un programa similar al de ESPN sobre el mundo de la tecnología y los negocios.

“ÚLTIMA HORA: Microsoft ha fichado a más de 20 empleados de DeepMind en los últimos seis meses”, decía una publicación reciente de TBPN sobre la contratación de Microsoft procedente del laboratorio DeepMind de Google.

Jordi Hays, copresentador de TBPN, dijo que, a medida que la tecnología y la IA se han generalizado, más personas siguen la pugna por la contratación, “de la misma manera que nuestros amigos de la universidad se obsesionan con los deportes: las personalidades, los jugadores, las ligas”.

El miércoles, Zuckerberg dijo que Meta planeaba seguir invirtiendo dinero en talento de IA “porque estamos convencidos de que la superinteligencia va a mejorar todos los aspectos de lo que hacemos”. La IA superinteligente no solo mejoraría el negocio de la empresa, dijo, sino que también se convertiría en una herramienta personal que “tiene el potencial de iniciar una nueva y emocionante era de empoderamiento individual”.

Un portavoz de Meta se negó a hacer comentarios. Deitke no respondió a una solicitud de comentarios.

El mercado laboral para los investigadores en IA ha tenido durante mucho tiempo paralelismos con el deporte profesional. En 2012, después de que tres académicos de la Universidad de Toronto publicaran un artículo de investigación en el que describían un sistema de IA revolucionario capaz de reconocer objetos como flores y autos, se subastaron al mejor postor corporativo, Google, por 44 millones de dólares.

Esto dio inicio a una carrera por el talento en toda la industria tecnológica. En 2014, Peter Lee, director de investigación de Microsoft, comparaba el mercado con el de los futbolistas profesionales prometedores, muchos de los cuales ganaban alrededor de un millón de dólares al año.

“El año pasado, el costo de un experto en aprendizaje profundo de primer nivel era similar al de un quarterback prometedor de la NFL”, declaró Lee a Bloomberg BusinessWeek en aquel momento, refiriéndose a un tipo de especialista en IA. “El costo de ese talento es bastante notable”.

La influencia que tienen los investigadores de IA a la hora de negociar las condiciones laborales no ha hecho más que aumentar desde que OpenAI lanzó el chatbot ChatGPT en 2022, lo que desencadenó una carrera por liderar la tecnología. Les ha ayudado la escasez: solo un pequeño grupo de personas tiene los conocimientos técnicos y la experiencia necesarios para trabajar en sistemas avanzados de inteligencia artificial.

Esto se debe a que la IA se construye de forma diferente al software tradicional. Estos sistemas aprenden analizando enormes cantidades de datos digitales. Pocos investigadores tienen experiencia con los sistemas más avanzados, que requieren una enorme potencia informática de la que solo disponen unas pocas empresas.

El resultado ha sido una nueva guerra por el talento, con remuneraciones que se han disparado de millones de dólares al año a cientos de millones.

En abril, Zuckerberg, cuya empresa estaba luchando por avanzar en su investigación sobre IA, tomó la iniciativa de enviar mensajes personales a posibles candidatos, ofreciéndoles sumas cada vez mayores.

Su enfoque era similar al de los propietarios de franquicias deportivas, según dos empleados de Meta. Aunque las ofertas parecieran absurdas, si los nuevos empleados podían ayudar a aumentar los ingresos incluso en un 0,5 por ciento, especialmente para una empresa que se acerca a los 2 billones de dólares de capitalización bursátil, valdría la pena, dijeron.

“Si yo fuera Zuck y estuviera gastando 80.000 millones de dólares en un año solo en gastos de capital, ¿merecería la pena invertir otros 5000 millones o más para adquirir un equipo de talla mundial que llevara a la empresa al siguiente nivel?”, se preguntó Hays. “La respuesta es obviamente sí”.

Las ofertas iniciales de Meta a los ingenieros variaban, pero rondaban los 50 millones de dólares, según tres personas familiarizadas con el proceso.

La empresa también ofreció a los candidatos algo que podría considerarse más atractivo que el dinero: potencia informática. A algunos candidatos se les dijo que se les asignarían 30.000 unidades de procesamiento gráfico, o GPU, para su investigación en IA, según una de las personas. Las GPU, que son chips potentes ideales para realizar los cálculos que alimentan la IA, son muy codiciadas.

Zuckerberg ha hecho esas contrataciones con la ayuda de la Lista, un documento con los nombres de las mentes más brillantes de la IA, según dos personas familiarizadas con la iniciativa. Muchos de los que figuran en la Lista tienen tres cualificaciones principales: un doctorado en un campo relacionado con la IA, experiencia en un laboratorio de primer nivel y contribuciones a avances en la investigación de la IA, según una de estas personas.

The Wall Street Journal ya había publicado algunos detalles de la lista.

Algunos investigadores de la lista han creado grupos de chat en Slack y Discord para discutir las ofertas, según dos personas de los grupos. Cuando alguien recibe una oferta, a veces publica los detalles en los chats grupales y les pide a sus compañeros su opinión. (La IA es un campo muy unido en el que la gente suele conocerse). Intercambian información sobre a qué empresas dirigirse para conseguir otra oferta y así poder subir su precio, según las personas.

Trabajar con amigos puede ser tan importante como el dinero. Después de que un investigador se une a un nuevo laboratorio, lo primero que suele hacer es intentar hacer amigos, dijeron dos personas familiarizadas con el proceso.

OpenAI ha cambiado su estructura salarial para adaptarse a los cambios del mercado, según empleados de la empresa, y está pidiendo a aquellos que han tenido contacto con competidores que consulten con los ejecutivos antes de aceptar ofertas inmediatamente.

“¿Estamos contraatacando? Sí”, afirmó Mark Chen, director de investigación de OpenAI, en una reunión de la empresa celebrada este mes, según una grabación revisada por The New York Times. Sin embargo, añadió que OpenAI no había igualado las ofertas de Meta porque “personalmente creo que para trabajar aquí hay que creer en las ventajas de OpenAI”.

OpenAI se ha negado a hacer comentarios. (The Times ha demandado a OpenAI y Microsoft por infracción de los derechos de autor en relación con contenidos informativos relacionados con los sistemas de IA. Ambas empresas han negado las acusaciones).

No todas las propuestas de Meta han tenido éxito. La empresa ha sido rechazada por algunos investigadores, según dos personas, en parte porque la visión de Zuckerberg sobre la inteligencia artificial no estaba clara en comparación con la de otras empresas.

Aun así, el frenesí ha permitido que incluso investigadores poco conocidos como Deitke tracen su propio destino.

Deitke, que recientemente abandonó un programa de doctorado en informática en la Universidad de Washington, había trabajado medio tiempo en un laboratorio de IA de Seattle llamado Allen Institute for Artificial Intelligence. Allí dirigió el desarrollo de un proyecto llamado Molmo, un chatbot de IA que combina imágenes, sonidos y texto, el tipo de sistema que Meta está tratando de construir.

En noviembre, Deitke y varios colegas del Allen Institute fundaron Vercept, una empresa emergente que intenta crear agentes de IA que puedan usar otro software en Internet para realizar tareas de forma autónoma. Con unos 10 empleados, Vercept ha recaudado 16,5 millones de dólares de inversionistas como el exdirector ejecutivo de Google, Eric Schmidt.

Luego vino el tira y afloja entre Deitke y Zuckerberg. Después de que Deitke aceptara la oferta de Meta de aproximadamente 250 millones de dólares por cuatro años, el director ejecutivo de Vercept publicó en las redes sociales: “Estamos ansiosos por visitar a Matt en su isla privada el año que viene”.





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