Fecha de publicación: 1 de Agosto de 2025 a las 14:33:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: Investigaciones científicas respaldan el uso de esta alternativa vegetal, que aporta proteínas y compuestos bioactivos, como opción segura y eficaz para mejorar el bienestar durante la perimenopausia y la menopausia
Contenido: Los sofocos constituyen uno de los síntomas más comunes y molestos durante la perimenopausia y la menopausia, etapas en las que las mujeres pueden experimentar cambios de humor, insomnio y notables alteraciones de confort debido a las fluctuaciones hormonales. Según un estudio reciente publicado en EatingWell, se estima que la menopausia representa cerca del 30% de la vida de una mujer, con más de la mitad de ellas atravesando episodios de sofocos en los años previos y posteriores a la última menstruación. Estos síntomas, aunque naturales, pueden impactar de manera significativa en la calidad de vida, motivando a muchas mujeres a buscar soluciones tanto médicas como naturales.
Entre los enfoques dietéticos que han cobrado relevancia para el alivio de los sofocos, la leche de soja se destaca por su contenido de isoflavonas, compuestos de origen vegetal que actúan como fitoestrógenos. Las isoflavonas tienen una estructura similar al estrógeno humano y pueden unirse a ciertos receptores de estrógeno en el organismo, modulando en parte los efectos del descenso hormonal característico de la menopausia. Una taza de leche de soja proporciona alrededor de 30 miligramos de isoflavonas, lo que la convierte en una fuente accesible y práctica para quienes buscan un alivio alternativo y respaldado por la nutrición.
Los alimentos de soja se han usado desde hace mucho tiempo para apoyar a las mujeres a medida que los niveles de estrógeno comienzan a disminuir durante la perimenopausia y la menopausia. “Las isoflavonas de la leche de soja pueden ayudar a reducir los sofocos”, afirma Lisa Andrews, nutricionista registrada en Cincinnati.
Diversos estudios han analizado el efecto de la soja y sus derivados en la reducción de sofocos. El metaanálisis de ensayos recientes sugiere que las isoflavonas de soja pueden disminuir la frecuencia de los sofocos hasta en un 20% y su intensidad en un 26%, con una dosis diaria efectiva cercana a los 40 miligramos de isoflavonas, es decir, menos de dos tazas de leche de soja al día.
Además, se ha observado que el efecto de la soja podría potenciarse en quienes llevan una dieta mayormente basada en plantas. Los fitonutrientes de la soja, en particular la daidzeína, se metabolizan en el intestino para producir equol, una sustancia que podría ser la clave en la reducción de los sofocos. Sin embargo, el potencial para producir equol es mayor en quienes siguen dietas ricas en vegetales, lo que sugiere que el contexto alimentario en conjunto puede influir en la eficacia de la soja.
Ante la preocupación sobre la seguridad de consumir soja en la menopausia, la evidencia disponible indica que los fitoestrógenos alimentarios no presentan las mismas asociaciones con el riesgo de cáncer de mama que las terapias de reemplazo hormonal convencionales. Estudios epidemiológicos han observado que mujeres en culturas en las que el consumo de soja es elevado presentan menor incidencia de síntomas vasomotores y cáncer de mama que en países donde su ingesta es escasa. Esto respalda la seguridad de incorporar la leche de soja como parte de una alimentación equilibrada, especialmente durante la etapa menopáusica.
La leche de soja no solo ayuda en la gestión de los sofocos, sino que también ofrece beneficios adicionales para la salud ósea. Durante la menopausia, la pérdida de masa ósea es una preocupación relevante. Las mismas isoflavonas que contribuyen a regular los síntomas vasomotores pueden favorecer la densidad mineral ósea. Además, la leche de soja contiene más proteínas que la mayoría de las demás bebidas vegetales, lo que es vital para estimular la salud y el crecimiento del tejido óseo. Cuando está fortificada con calcio, la leche de soja suma un aporte importante para mantener huesos fuertes, convirtiéndose en una aliada integral para la salud de la mujer en esta etapa.
Existen múltiples formas de incorporar la leche de soja a la dieta habitual. Más allá de beberla directamente, se puede añadir a batidos nutritivos junto con frutas congeladas, hojas verdes y frutos secos, dando lugar a un desayuno o merienda balanceada y rica en proteínas. Otro método popular consiste en reemplazar la leche de vaca en el café matutino por leche de soja, creando versiones caseras de lattes o cappuccinos con menor contenido hormonal y mayor aporte vegetal. Asimismo, es posible verter leche de soja sobre cereales integrales o granola, y emplearla en la preparación de avena remojada durante la noche, resultando en desayunos prácticos y saludables que aportan saciedad y nutrición.
Paralelamente al consumo de leche de soja, existen estrategias complementarias recomendadas por especialistas para el manejo de los sofocos. Reducir o evitar el consumo de alcohol es fundamental, ya que esta sustancia se ha relacionado con un aumento en la frecuencia e intensidad de los síntomas vasomotores y con una aparición más temprana durante la perimenopausia. Mantenerse hidratado es crucial; alimentos ricos en agua como pepinos, cítricos, tomates y hojas verdes ayudan en la termorregulación y pueden contribuir a disminuir el impacto de los sofocos. El ejercicio regular, que combine actividades de fuerza, cardiovasculares y descanso, también tiene evidencia a favor para suavizar los síntomas, con la precaución de evitar excesos que eleven en demasía la temperatura corporal de forma transitoria.
“El agua y los alimentos refrescantes, como los pepinos, los cítricos y las verduras de hoja verde, ayudan a la termorregulación”, afirma Isabel Balady, nutricionista registrada y fundadora de Gooseberry Health. Otros alimentos hidratantes son los tomates, las cerezas y las bayas.
Desde la perspectiva de los expertos en nutrición, la leche de soja representa una estrategia sencilla, respaldada científicamente y de bajo riesgo para aliviar los sofocos propios de la menopausia. Su efecto puede maximizarse si se integra en un conjunto de hábitos saludables que incluyan ejercicio físico, hidratación óptima y reducción de alcohol. Ante cualquier duda individual, se aconseja consultar a un profesional de la salud o un dietista, para personalizar la estrategia y asegurar una transición hacia la menopausia más confortable y saludable.
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