Fecha de publicación: 28 de Julio de 2025 a las 12:34:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: El método se basa en principios de psicología del comportamiento y modifica el entorno digital para reducir el uso impulsivo
Contenido: La dependencia de los dispositivos móviles se ha convertido en una costumbre constante, al estar revisando el teléfono continuamente durante el día, una acción surge de manera automática. Algo que tiene solución, según Jake Knapp, diseñador digital y extrabajador de Google.
Para él, el truco es vaciar por completo la pantalla de inicio del celular y así detener la cadena de estímulos que nos empuja a consultarlo compulsivamente.
Knapp, quien fue parte del equipo de Google y coautor de ‘Make Time: Cómo enfocarte en lo que importa cada día’ y ‘Deshacerse de ello: los hábitos perfectos para recuperar tu tiempo’, propone una estrategia visual radical para combatir la adicción digital.
A pesar de su experiencia diseñando productos mundialmente populares como Gmail, Hangouts y YouTube, admite que tampoco él escapa al magnetismo del teléfono móvil. “Como muchos, me distraigo fácilmente y termino atrapado en bucles interminables de notificaciones, redes sociales y vídeos”, comentó.
Esa autoobservación sobre el modo en que la tecnología aprovecha las debilidades de la mente humana llevó a Knapp y a su colega John Zeratsky (ex YouTube) a estudiar cómo el diseño de la interfaz fomenta el uso impulsivo del celular. En su análisis, la pantalla de inicio llena de íconos y alertas funciona como un potente disparador de hábitos, activando el deseo de abrir aplicaciones sin un propósito definido.
La propuesta es a la vez simple y audaz: mover todos los iconos de aplicaciones de la pantalla de inicio a otras páginas o carpetas, de modo que la primera cosa que se vea al desbloquear el teléfono sea solo el fondo de pantalla, sin distracciones. De este modo, el acceso a aplicaciones se vuelve menos inmediato y exige una acción deliberada.
Esta “barrera visual” genera una pausa mental automática. Ante la ausencia de iconos coloridos y alertas, el usuario debe cuestionarse: “¿qué estaba intentando hacer?”, antes de buscar una aplicación específica. Esa breve deliberación resulta fundamental para cortar la respuesta impulsiva que caracteriza el uso moderno de los celulares.
En palabras de Knapp, “incluso si abres tu teléfono inconscientemente, puedes detenerte y pensar: ¿qué estaba intentando hacer?“. Así, la técnica introduce un ralentí entre el impulso y la acción, lo que ayuda a reconectar con la intención original y reduce la cantidad de usos superfluos del teléfono.
El éxito de la pantalla de inicio vacía se basa en principios de la psicología del comportamiento. El entorno influye con fuerza en la conducta: disponer de iconos accesibles y notificaciones visibles favorece el hábito de revisar el móvil sin necesidad.
La técnica de Knapp cambia el entorno digital para que todo acceso a aplicaciones consuma tiempo, atención y reflexión, desarticulando así los automatismos que genera el diseño original de los teléfonos inteligentes.
En palabras del propio Knapp, “incluso las personas más eficientes acaban sintiéndose vacías después de horas cumpliendo con expectativas ajenas, cuando apenas estamos dedicando tiempo real a lo que verdaderamente importa”.
Implementar este método requiere solo unos minutos. El primer paso consiste en seleccionar todos los iconos visibles en la pantalla de inicio y arrastrarlos a otras páginas o carpetas dentro de la interfaz del celular. Algunos sistemas operativos permiten dejar la pantalla principal completamente limpia, en otros, es obligatorio dejar al menos un acceso directo a alguna aplicación base (como las llamadas o los mensajes).
Para que la táctica sea más efectiva, conviene dejar la menor cantidad de accesos directos posible en todas las pantallas siguientes y ocultar las aplicaciones más adictivas en carpetas profundas. El resultado: cada vez que se desbloquea el teléfono, lo primero y único que aparece es el fondo, sin ningún estímulo que invite al uso impulsivo.
Para completar la transformación, se pueden desactivar las notificaciones no esenciales y cerrar las sesiones de apps que disparan la procrastinación. El último consejo: crear contraseñas difíciles de recordar para evitar que sea fácil “volver a caer” en la navegación sin propósito.
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