Fecha de publicación: 18 de Julio de 2025 a las 10:49:00 hs
Medio: TN
Categoría: GENERAL
Descripción: No solo el alcohol lo perjudica: hay que cuidar este órgano para evitar la amenaza silenciosa de muchas enfermedades.
Contenido: El hígado es uno de los órganos que más trabaja en el cuerpo humano, ya que se encarga de desintoxicar sustancias nocivas, facilitar la digestión, almacenar nutrientes y regular el metabolismo.
Si bien tiene una buena capacidad de regeneración, no es un órgano indestructible y hay muchos hábitos cotidianos que pueden causar daños que, eventualmente, pueden derivar en afecciones graves como cirrosis o insuficiencia hepática.
La enfermedad hepática supone un desafío porque puede ser una amenaza silenciosa. En sus primeras etapas, puede causar solo síntomas como fatiga constante o náuseas que pueden asociarse a otras dolencias, pero, a medida que el daño progresa, pueden aparecer signos más evidentes.
Uno de los más reconocibles es la ictericia, en la que la piel y el blanco de los ojos se tornan amarillentos y, aunque la mayoría de las personas asocia la enfermedad hepática con el consumo excesivo de alcohol, este no es el único culpable del deterioro del hígado sino que hay cinco hábitos comunes que podrían estar dañándolo silenciosamente.
La dieta juega un papel fundamental. Los alimentos ricos en grasas saturadas, como la carne roja, las frituras y los snacks procesados, pueden elevar los niveles de colesterol y contribuir a la acumulación de grasa en el hígado. Los alimentos y bebidas azucaradas también son un factor de riesgo importante. En 2018, una revisión reveló que las personas que consumían más bebidas azucaradas tenían un 40% más de riesgo de desarrollar hígado graso.
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Los alimentos ultraprocesados, como la comida rápida, las comidas preparadas y los refrigerios repletos de azúcar añadido y grasas no saludables, también contribuyen al estrés hepático. Un amplio estudio señaló que las personas que consumían más alimentos procesados tenían una probabilidad significativamente mayor de desarrollar problemas hepáticos.
Por otro lado, una dieta equilibrada a base de alimentos integrales puede ayudar a prevenir, e incluso revertir, la enfermedad del hígado graso. Las investigaciones sugieren que las dietas ricas en verduras, frutas, cereales integrales, legumbres y pescado pueden reducir la grasa hepática y mejorar factores de riesgo relacionados, como la hiperglucemia y el colesterol.
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