Fecha de publicación: 19 de Julio de 2025 a las 03:00:00 hs
Medio: INFOBAE
Categoría: GENERAL
Descripción: Cambios bruscos de altitud generan presión desigual en el oído medio, provocando molestias auditivas. Una especialista explica cómo la trompa de Eustaquio regula este fenómeno y qué hacer para aliviarlo
Contenido: El viaje en avión es una experiencia que suele traer consigo sensaciones físicas peculiares y, en ocasiones, incómodas. Una de las más comunes es el taponamiento de los oídos ante los cambios bruscos de altitud, una molestia que, aunque normalmente benigna, puede generar inquietud y confusión entre los pasajeros. Comprender el funcionamiento interno del oído y la función de la trompa de Eustaquio en este contexto es fundamental para saber por qué ocurre este fenómeno y cómo manejarlo de forma efectiva.
El oído humano está formado por tres partes: el oído externo, el oído medio y el oído interno. El oído externo incluye el pabellón visible y el canal auditivo, el oído medio es una cámara llena de aire separada por el tímpano, donde residen los huesecillos y la trompa de Eustaquio, y el oído interno contiene la cóclea (órgano auditivo) y el sistema vestibular encargado del equilibrio. Según expertos, de estos componentes, la trompa de Eustaquio, un conducto que conecta el oído medio con la parte superior de la garganta, es el elemento clave en la regulación de la presión. La función principal de este conducto es nivelar la presión existente entre el ambiente externo y el oído medio, asegurando así que el tímpano pueda vibrar correctamente y podamos percibir los sonidos de manera nítida.
El taponamiento de los oídos durante un vuelo está directamente relacionado con el funcionamiento de la trompa de Eustaquio. Cuando un avión asciende o desciende rápidamente, la presión atmosférica en la cabina varía con mayor celeridad de la que el oído medio puede compensar naturalmente. Esto provoca que la presión exterior y la del oído medio dejen de coincidir, generando presión negativa si la presión interna es menor. Este desequilibrio empuja el tímpano hacia adentro, restringiendo su movilidad y haciéndonos percibir los sonidos de forma amortiguada, además de crear la clásica sensación de “oído tapado”.
“La función de [la trompa de Eustaquio] es ayudar a mantener la presión equilibrada desde la parte externa del oído hasta la parte media del oído”, explica Patricia Gaffney, audióloga y presidenta de la Academia Americana de Audiología.
En situaciones normales, la trompa de Eustaquio se abre brevemente cuando tragamos, bostezamos o hablamos, lo que permite equilibrar pequeñas variaciones de presión en el día a día. Sin embargo, la rapidez y magnitud de los cambios durante el despegue o el aterrizaje de un vuelo pueden sobrepasar la capacidad habitual de estos mecanismos automáticos, requiriendo una respuesta más contundente. Cuando por fin la trompa consigue abrirse – gracias a un bostezo, deglución o ruido – se percibe un chasquido y la presión se iguala, desapareciendo el malestar.
Existen diversas estrategias comprobadas para aliviar la sensación de oídos tapados durante el vuelo. Para bebés y niños pequeños, el uso de chupetes o la alimentación durante los momentos críticos puede ser de gran ayuda, ya que activa los músculos implicados en la apertura de la trompa de Eustaquio. En niños mayores y adultos, las recomendaciones de los especialistas incluyen masticar chicle, chupar un caramelo o exagerar los bostezos, facilitando así las maniobras naturales de compensación de presión. Además, puede recurrirse a la maniobra de Valsalva: consiste en inspirar profundamente, cerrar la boca, tapar la nariz y soplar suavemente. Este método puede conseguir abrir la trompa de Eustaquio incluso cuando está más rígida de lo habitual y se percibe a menudo un pequeño sonido al lograrlo. También existen dispositivos como los tapones diseñados para regular gradualmente la presión en el canal auditivo durante los cambios de altitud; algunos viajeros encuentran alivio en su uso, aunque su eficacia puede variar de una persona a otra.
“Es una forma absolutamente natural en que el cuerpo equilibra esa presión”, afirma Gaffney, quien también es profesora de audiología en la Nova Southeastern University en Florida
El acto de equilibrar la presión no siempre resulta sencillo para todos. Factores como resfriados, infecciones de las vías respiratorias superiores o alergias pueden inflamar la base de la trompa de Eustaquio, dificultando su apertura y cierre normales. Por este motivo, quienes vuelan teniendo síntomas gripales o alergias suelen experimentar molestias persistentes, e incluso pueden sentirse incapaces de destapar los oídos hasta bastante tiempo después del aterrizaje. En circunstancias inusuales, si existe una diferencia de presión demasiado acusada y la trompa no logra compensarla, podría llegar a producirse la ruptura del tímpano. Este tipo de complicación extrema, sin embargo, es poco habitual y se asocia principalmente a personas ya enfermas o con infecciones agudas, más que a viajeros sanos.
En caso de molestias persistentes o desequilibrios de presión que no ceden tras el vuelo, se recomienda acudir a un otorrinolaringólogo. El especialista puede determinar si existe una disfunción de la trompa de Eustaquio, especialmente en quienes sufren de problemas auditivos recurrentes al volar. Los tratamientos que pueden prescribirse incluyen aerosoles nasales para reducir la inflamación y mejorar la ventilación del conducto afectado, propiciando una recuperación más rápida. Comprender el origen del problema y actuar de manera preventiva puede aliviar tanto la incomodidad como el riesgo de daños en el oído.
La sensación de oídos tapados durante un vuelo suele ser transitoria y parte de la respuesta natural del cuerpo para salvaguardar el equilibrio interno. Con algunos trucos simples y precauciones, la mayoría de los pasajeros puede atravesar el proceso sin mayores contratiempos, dejando que sus trompas de Eustaquio realicen con éxito el trabajo para el que están fisiológicamente diseñadas.
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